En Argentina es posible ser millonario y pobre a la vez. Aquí la razón

 En Argentina es posible ser millonario y pobre a la vez. Aquí la razón

A woman pays for fruits and vegetables at a retail stall of the Central Market of Buenos Aires on February 10, 2023, some days before the announcement of the monthly inflation index. – The “Precios Justos” programme which regulates prices and was agreed between the Argentine Government and businessmen as a measure to fight inflation has recently recorded a rise in prices. (Photo by JUAN MABROMATA / AFP) (Photo by JUAN MABROMATA/AFP via Getty Images)

(CNN Español) — Los especialistas coinciden en que la inflación es una máquina de crear distorsiones en cualquier programa económico. La falta de certezas para establecer precios redunda en dificultades para planificar inversiones a plazo, retrasa decisiones y perjudica a los asalariados, entre otros efectos. Pero en Argentina, cuya inflación acumulada en los primeros 10 meses de este año es del 107% e interanual del 193%, esto ha llegado a tal extremo que está generando una nueva categoría de familias, según ingresos: aquellas que son nominalmente millonarias pero pobres en la realidad.

¿Cómo es eso?

El Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) publica mensualmente las valorizaciones de la canasta básica alimentaria y de la canasta básica total. La primera establece el umbral de la indigencia y la segunda el de la pobreza. Es decir, quien no tiene ingresos para comprar esas canastas es pobre y, si no llega a comprar lo necesario para alimentarse, además es indigente.

De acuerdo con el último informe, correspondiente a octubre, una familia de cinco integrantes, dos adultos y tres niños, puede ser millonaria y pobre a la vez. Esto es así, porque necesitó 1.037.672 pesos (US$ 995 al tipo de cambio oficial de este martes) para comprar una canasta básica total. Es decir que, aun ganando sus integrantes más de un millón de pesos, no salen de la pobreza. Son millonarias y pobres, todo al mismo tiempo.

Ya en septiembre, una familia de cinco integrantes necesitó más de un millón de pesos para no ser considerada pobre. Y aunque el ritmo de aumento del costo de vida se está desacelerando, más familias de menos miembros irán sumándose a la nómina de millonarias y pobres. Por caso, en octubre, una familia de cuatro integrantes, dos adultos y dos niños en edad escolar, necesitó unos 986.586 pesos (US$ 946 al cambio oficial) para no ser considerada pobre. Y así sucesivamente hasta llegar a las familias de un individuo que precisó en el mismo mes 319.284 pesos (US$ 306) para comprar una canasta básica total y no caer debajo de la línea de la pobreza.

El aumento de las canastas y cómo están compuestas

En lo que va del año, ambas canastas subieron por debajo de la inflación promedio acumulada hasta octubre y también en términos interanuales. Mientras la básica alimentaria lo hizo un 80,6%, la básica total aumentó un 99% desde enero hasta octubre, contra una inflación del 107% en el mismo período. Comparadas con el mismo mes del año pasado, la canasta básica alimentaria se incrementó un 170,6% y la total, un 185,7%, contra un aumento del costo de vida del 193% en el mismo lapso.

Una mujer paga frutas y verduras en un puesto minorista del Mercado Central de Buenos Aires el 10 de febrero de 2023, unos días antes del anuncio del índice de inflación mensual. (Foto: JUAN MABROMATA/AFP via Getty Images).

Para entender la dimensión de estas mediciones que establecen la diferencia entre ser pobre y no serlo, es necesario repasar su contenido. Por un lado, la canasta básica alimentaria (que estima indigencia) está integrada por los alimentos necesarios para atender los requerimientos kilocalóricos y proteicos imprescindibles para un varón de entre 30 y 60 años, de estatura promedio, siempre de acuerdo con la información provista por el Indec. Incluye alimentos como carnes, frutas, leche, pan, arroz, papas, azúcar y bebidas, tanto alcohólicas como sin alcohol, entre otros productos.

La canasta básica total considera además de la comida otros bienes y servicios que paga una familia promedio para su subsistencia, como por ejemplo salud, educación, comunicaciones, servicios básicos y transporte, entre otros. A partir de ese análisis, se establece una muestra ampliada con respecto a lo elemental que necesita una persona o familia para no ser indigente.

Trabajadores pobres

Alejandro Vanoli, expresidente del Banco Central de Argentina, interpreta este fenómeno de las familias millonarias y pobres como un efecto de otra realidad que asegura que no pasa en el país en muchos años: “Es producto de que algunos trabajadores formales son pobres. En general la pobreza y la indigencia estaban asociadas a la marginalidad, a los desocupados y a quienes tenían trabajos precarios. Pero hay una espiral descendente que arranca en 2018 con la crisis durante el Gobierno de (Mauricio) Macri y los errores de política, tanto de ese Gobierno como el de Alberto Fernández, y también con las decisiones que ha adoptado el actual Gobierno, con la devaluación, que provocó un salto inflacionario y una caída del salario real, especialmente en los trabajadores y los jubilados”.

Vanoli cree además que no será fácil revertir esta tendencia, más allá de alguna mejora temporal de la economía. “Para terminar con la pobreza no solamente hace falta crecimiento económico, sino un conjunto de políticas integrales, para promover el trabajo genuino. Un abordaje integral contra la pobreza no solamente tiene que ver con dar trabajo, sino con dar las herramientas para que las familias puedan salir de esa situación. Esto implica un cambio cultural y políticas sociales integrales”, sintetiza el experto.

En el mientras tanto, ha vuelto a surgir en la Argentina una paradoja que ya ocurrió en otros períodos de elevada inflación y que tiende a profundizarse: los millonarios que viven en la pobreza.

 

Con información de CNN

rubzat

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